Páginas

martes, 24 de marzo de 2015

Los reflejos involuntarios son controlados por nuestro cerebro de reptil

El parpadeo involuntario que ocurre cuando una mano u otro objeto se acerca rápidamente a la cara es un reflejo que está gobernado por la parte más primitiva de nuestro cerebro, conocido como cerebro de reptil. Esta región del cerebro se encarga de los instintos más básicos de supervivencia, como son el deseo sexual, las respuestas automáticas ante el peligro o la búsqueda de comida. En este caso, aunque sepamos que la otra persona no nos va a golpear, proceso razonado por otras regiones más modernas del cerebro, la región del cerebro de reptil da la orden de cerrar los ojos para protegerlos. Si intentamos evitar cerrarlos, como cuando hacíamos retos entre amigos de la escuela, lo más que podemos lograr es mantenerlos semiabiertos pero con una pequeña pero evidente contracción de los párpados.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu comentario